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Una Medicina basada en la "peculiaridad" que somos cada Alma singular

El por qué de un Hemisferio Racional y otro Emocional
 

En primer lugar tres imágenes expresivas por sí mismas, que sintetizan lo que más adelante se desarrolla en esta página:






Para adentrarnos en nuestro Cerebro de una manera comprensible de lo que éste viene a significar en la estructura corporal en general, es oportuno (como en toda investigación que se precie de tal) llegar a él desde lo que fue su origen, en los primeros momentos del desarrollo de la célula embrionaria o cigoto al conseguir la diferenciación celular propia del Blastocisto.

La figura de la izquierda de la imagen siguiente muestra el surgimiento de la Dualidad Vísceras/Cerebro en la célula embrionaria. De lo que se señala como "visceral", después de estructurarse lo que será el Corazón (señalado por el área del punto negro inferior), irá surgiendo todo el tracto digestivo, del que, paulatinamente, irán haciendo aparición las diferentes vísceras corporales, que constituirán el Endodermo. De lo señalado como "neural", tras estructurarse lo que será el Diencéfalo (punto negro superior), irá apareciendo todo el sistema nervioso central, que constituirá el Ectodermo. Más tarde se constituirá el Mesodermo, que lo integran el sistema Óseo y el Muscular, vasos Sanguíneos y órganos Linfáticos, Riñones (estación final linfática) y sistema Reproductor.


 

La figura de la derecha retrocede más hacia cómo fue la primera estructuración de esos dos Sistemas: Una membrana bañada por dos tipos de fluidos, los inmersos en el Saco Vitelino (S V) y en la Cavidad Amniótica. Por el lado del primero se constituirá el Sistema Visceral, y por el lado del segundo la placa Neural (base de los órganos de los sentidos y del sistema nervioso). El fluido del Saco Vitelino lo constituyen los factores sanguíneos, y el fluido de la Cavidad Amniótica el líquido cerebro espinal y lo que, en último término, da lugar a la Linfa.

Como caso muy particular del Tercer elemento o Mesodermo, tenemos a la Glándula Hipófisis, surgida del punto de conexión o unión primigenia del Ectodermo y del Endodermo (lo expresa la figura de la izquierda), constituida como recuerdo de la primera fase embrionaria bipolar. Su lateralidad "posterior" (neurohipófisis) es expresión neural pura, y la "anterior" (adenohipófisis) es expresión pura de lo visceral.


Podemos comprender con lo anterior, cómo el Sistema Linfático se constituye en canalizador de la energía Racional, y el Sistema Sanguíneo en canalizador del fluido energético Emocional, lo cual nos hará entender las circunstancias psico-físicas de una persona en función de la cualidad (fluidez o densificación) de uno u otro Sistema.

No fue, pues, desarrollándose todo a un mismo tiempo, sino que primero aparecieron unas estructuras muy concretas, a partir de las cuales irían surgiendo más tarde los demás elementos corporales, tanto de lo Visceral como de lo Neural, con curioso paralelismo. Fue de esta manera como ya, desde un principio, nuestro organismo se fue estructurando en esa Polaridad que hoy llamamos el mundo Emocional y el mundo Mental (racionalidad); el Sistema Visceral y el Sistema Nervioso Central.

Cada uno de estos dos factores polares posee su propio Corazón y sus propios Pulmones. Estos son en lo Corporal las propias vísceras Corazón y Pulmones, y en lo Mental son el Diencéfalo (D) y el Telencéfalo (T, córtex cerebral), con análogo desarrollo e influencias de lo que corazón y pulmones se influencian mutuamente: En "lo anatómico" lo pulmonar y telencefálico envolverán a sus respectivos órganos "corazón", absorbiéndoles el protagonismo en el sentimiento de dirección de los procesos vitales del sujeto en cuestión, razón por la cual la "intervención" del corazón es tan ampliamente marginada en la regencia del individuo, justificado por su tendencia a intervenir desde niveles "internos" y que solemos llamar, entre otros apelativos, Intuición. La siguiente imagen es muy expresiva de lo anterior:


 

En la siguiente figura refiero, además de la relación entre Corazón y Diencéfalo, y Pulmones y Telencéfalo, la relación que existe entre las otras dos vísceras esenciales que se ubican en la caja torácica, el Estómago y el Hígado, correlacionadas en lo neural con el Mesencéfalo (con su "curioso" núcleo rojo) y el Cerebelo, respectivamente. Hígado y Cerebelo responsables de los automatismos de organización celular corporal o de procesado neurológico, respectivamente. Ambos actúan a través de esos órganos puentes que son el Duodeno (en lo digestivo) y el Puente (en lo neural). Del Estómago y del Mesencéfalo, especialmente vinculados al corazón, diré que son los que aglutinan la energía emocional, base de estímulo de la vida encarnada.


 

Del Pulmón y del Telencéfalo cabe decir lo siguiente: Con nuestra primera respiración al salir del vientre materno, ingresamos como individuos diferenciados en la atmósfera psíquica terrestre, resultando esencial la respiración para no solamente nutrir al organismo de los componentes aéreos, sino para posibilitar el desarrollo de nuestra Conciencia por la influencia que a través de ello ejercemos sobre el Telencéfalo, elemento neural en el cual se establece tal función, donde en sus lóbulos más polarizados (lóbulos temporales o laterales) se desarrolla lo más racional, lo analítico o plataforma base del discernimiento. Ejercitarnos en una amplia y profunda respiración nasal es algo que comprenderemos mejor teniendo en cuenta lo que más adelante expreso sobre los "campos morfogenéticos", a fin de poder desarrollar mayor "cauce" de Conciencia.

Con estos cuatro pares de órganos (Vísceras y estructuras Cerebrales), nos encontramos con los elementos fundamentales que van a ir dando lugar a la especialización que ha ido adquiriendo cada hemisferio cerebral.

Dos de esas Vísceras se han lateralizado hacia la derecha en lo corporal (sus lóbulos izquierdos han sido mermados considerablemente), para regir desde tal lateralidad al hemisferio cerebral izquierdo. Y las dos que poseían una ubicación central, se lateralizaron hacia la izquierda corporal, para poder regir así el hemisferio cerebral derecho. Las dos primeras son de característica "inductiva", y las dos segundas de características "receptivas". De esta manera dieron lugar a la condición Mental o Racional que caracteriza al hemisferio izquierdo, y a la condición Emocional que caracteriza al hemisferio derecho.

Cuando alcanzamos a percibir cómo desde la condición específica estructural y funcional de cada una de las vísceras del tronco, parten los estímulos que posibilitarán a las diferentes estructuras cerebrales ejercer en lo mental lo que percibimos como actividad del cerebro, nos llega la comprensión de la cualidad diferente que han desarrollado cada uno de los dos hemisferios cerebrales.

Debemos concebir al Cerebro, no como la base de la que surgen las motivaciones personales, sino el lugar donde se "coordinan" las energías de los muy diferentes Yoes que constituyen una personalidad, los cuales tienen su asentamiento esencial en la condición de las vísceras, sistemas y demás elementos que estructuran el cuerpo. La imagen que sigue trata de mostrarlo gráficamente a modo de "ciudad", donde cada Barrio a área específica de la misma lleva al Centro coordinador (Ayuntamiento) las motivaciones, necesidades y propuestas que de aquellos van surgiendo, a fin de que toda la estructura social participe en sus respuestas y en su enriquecimiento. Por cierto,... ¿no nos podría servir lo que ocurre en lo orgánico, para tratar de implementarlo en nuestros sistemas sociales y no estos modos de seudodemocracias que nada tienen que ver con lo que la propia Naturaleza nos ofrece de enseñanzas?


 

Desde que se acepta de un modo más acercado a lo científico el que los pensamientos y las ideas en general, así como las inercias de intervención de la personalidad (y muchos más asuntos), no se asientan en el Cerebro (y por tanto deben considerarse de "no propiedad específica" de un individuo), como postula el criterio de los "Campos Morfogenéticos", la estructura corporal debe considerarse de la manera que concreto más arriba, ya expresado por muchos en las áreas metafísicas y filosóficas pero que tanto le cuesta saber encajar a los asentados en el pragmatismo o percepción de lo corpóreo como algo bien desligado de trascendencias extrasensoriales, por expresarlo de alguna manera.

La importancia que tiene la Respiración sobre la Nutrición (a través de lo digestivo) se debe a que es a través del Aire que respiramos como nos sumergimos en los fluidos energéticos interactivos que hacen posible el desarrollo de las Consciencias que Somos y donde toma fundamento el hecho de encarnar.

El individuo aislado no tiene razón de ser ni posibilidad de permanencia. La "interacción" genera la realidad del Universo manifestado y la base de las leyes que rigen la evolución, presentes tanto en los procesos de las partículas elementales como en el macrocosmos, en lo orgánico y en todos los factores del psiquismo que mueve los comportamientos humanos.

Con la imagen que sigue retomo el criterio de "especialización" que fue creándose en cada Hemisferio Cerebral. Las cuatro vísceras de las que hablé anteriormente, que en la anatomía humana son los elementos claves del uno y otro lado del diafragma o émbolo vital, en fases más primarias de la evolución animada (figura inferior de la izquierda) tenían la condición específica de ser órganos centrales u órganos dobles de simetría bilateral. Los centrales eran el Corazón y el Estómago, y los bilaterales los Pulmones y "los" Hígados. Sus influencias en lo cerebral afectaban, pues, por igual a ambos hemisferios, que se reparten cada lateralidad de lo corporal.


 

Pero poco a poco se fueron "unilateralizando", rompiendo su condición de centrales o de simetría bilateral, hasta el punto de que, por encima del diafragma, el Corazón es ya notoriamente específico de la izquierda torácica, y los Pulmones, aunque aún bilaterales, el de la izquierda ha sido muy disminuido a favor del desplazamiento del corazón, recayendo la función respiratoria fundamentalmente en el pulmón derecho.

Por debajo del diafragma, el Estómago se ha estructurado claramente de izquierda corporal. Y el Hígado se ha constituido prácticamente como víscera de un sólo lóbulo y de derecha, pues el izquierdo, muy considerablemente disminuido a favor del derecho, se sitúa parte en el lado derecho corporal, habiendo cedido su espacio al Estómago.

De esta manera, se ha conseguido operar en lo animado, a nivel de la visceralidad corporal, la doble bipolarización que caracteriza a todos los procesos físicos de la vida, donde la Luz, en su proceso de surgimiento de los cuatro colores básicos (Rojo, Amarillo, Cian y Violeta), es el ejemplo más notorio y específico. De esto hablaré más adelante en este capítulo.

Tal como Cajal muy bien apuntara, de que "la operación intelectual no es el fruto de la actividad de un centro privilegiado, sino el resultado de la acción combinada de un gran número de esferas conmemorativas", el quedarnos con el Cerebro como el órgano pensante, y no como el centro de coordinación de los diferentes estímulos que mueven los centros energéticos que son todas y cada una de las vísceras corporales, canalizados a través del sistema nervioso central, es caer de nuevo en el error de "lo reticular sobre lo neural", esta vez referido a la independencia y protagonismo de lo visceral.
 


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