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Reencarnación
__ Fundamento, Leyes y Formas __

Web complementaria de "Consciencia más allá de la vida".

Última actualización: 11 agosto 2019, 19:36 h

 

¿Quieres profundizar en el conocimiento de la Reencarnación?

Si es así, aquí tienes un Sitio Web donde conocer sobre ella. No es para andar discutiendo, sino profundizando.

Estamos por la Verdad que más Razones aporte a cuanto la Vida nos va mostrando de Sí misma.

Los cuerpos físicos y la materia en general que se expresa en los diferentes lugares y dimensiones del Universo, son la manifestación de los diferentes grados de vibración de la Conciencia de ser de las almas. (A. B. -6 enero 1989-)


 

ÍNDICE.- Aquí tienes los diversos temas que se tratan en esta Web. Hacer Clic sobre ellos te llevará a donde se encuentran:

00) Preliminar: Qué pretendo con este informe sobre la Reencarnación.

01) ¿Qué se entiende por Reencarnación? Criterio personal básico. /// ¿Qué son la ley del Karma y Dharma? /// Cuando un Alma ingresa en la Tierra.

02) ¿En qué tipo de Cuerpo y Circunstancias reencarnamos?
¿Podemos reencarnar en cualquier tipo de cuerpo y en cualquier tipo de circunstancias? /// ¿Por qué reencarnamos en cuerpos con defectos físicos? /// Incorporación de un Alma en su Cuerpo. /// Cada alma infunde sus rasgos al que será su cuerpo.

03) ¿Qué nos aporta el conocimiento de lo reencarnatorio?
¿Qué nos aporta el concebir la existencia de la reencarnación como elemento vivencial inherente a nuestra esencia?

04) ¿Cómo justificar nuestras diferentes condiciones de vida?
¿Cómo se justifican tantas diferencias en las oportunidades que la Vida da a unos seres humanos y a otros? /// Diferentes condiciones en la muerte.

05) ¿Por qué no recordamos nuestras vidas anteriores?
El hecho de no recordar lo que antes vivimos, ¿habla a favor o en contra de la reencarnación? /// ¿Qué posibilidades nos aporta la terapia regresiva?

06) ¿Por qué la Ciencia no acepta la Reencarnación?
¿Por qué la investigación Física no se plantea adentrarse más a fondo en la Reencarnación?

07) ¿Cómo < recuperamos > nuestra personalidad al nacer?
¿Cómo se posibilitan los procesos de la encarnación para recuperar la identidad que es propia de cada individuo? /// Cambios de género o sexo de una vida a otra. /// Las circunstancias entorno al feto las propicia éste.

08) ¿Qué papel juega nuestra familia en la vida actual?
¿Cómo intervienen los modos de ser de cada miembro de nuestra familia en las posibilidades de lo que venimos a vivir cada cual? /// ¿Elegimos a nuestra Familia terrena? /// ¿Por qué a veces sentimos no ser de nuestra familia?

09) ¿Cómo influye en la vida presente lo que antes fuimos?
¿Qué puede expresar nuestra vida actual respecto de lo que en otra anterior vivimos?

10) ¿Qué sentido tiene la vida en un cuerpo físico?
¿El la vida en el Cuerpo físico un estorbo o un privilegio para el Alma?

11) ¿Es < la muerte > algo necesario en < la vida >?
¿Qué viene a decirnos de ello la sucesión de los días y las noches, de las estaciones del año, etc.?

12) ¿Hay contradicción entre lo cristiano y lo reencarnatorio?
No confundamos el "seguimiento de las enseñanzas" de Jesús de Nazaret, con el "pertenecer a alguna religión" que se apoye en el concepto de cristianismo.

13) ¿Rigen la vida la pugna y vampirismo, o el Amor y Justicia?
¿Está regida la vida física humana por un principio de "depredación y vampirismo", o existen leyes superiores que justifiquen lo que de esa depredación y vampirismo observamos en la vida diaria de toda la sociedad?

14) ¿Existe el Libre albedrío, o todo está regido por un Destino?
Lo que de nosotros decide es algo mucho más grande que lo que percibimos que somos, y no actúa desde el nivel de conciencia que rige la vida encarnada.

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Qué pretendo con este informe sobre la Reencarnación.

A ) El propósito primordial es el facilitar la comprensión del propio Objetivo de la Vida en el Cuerpo, de lo que solemos llamar “vida” o “vida encarnada”.

B ) A raíz de esa comprensión, ir dilucidando los Valores Humanos más importantes a cultivar, los que mayor trascendencia aportan a nuestro desarrollo personal.

C ) Comprender la trascendencia que tiene la Vida física, más allá de la mera actitud de subsistencia.

D ) Superar los apegos al mundo material como objetivo en sí mismo y encauzarlo como importante herramienta al servicio del desarrollo del Alma que Somos.

E ) Superar el miedo al “no ser”, al “dejar de ser”, y las creencias en la casualidad y la buena o mala suerte.

F ) Ir más allá del sentimiento de que dependemos de las circunstancias externas que nos rodean.

G ) Conocer los cauces de expresión y desarrollo de los procesos humanos personales desde el propio inicio de la concepción embrionaria en un vientre materno.

H ) Entender la importancia del proceso humano Colectivo como base del desarrollo Individual.

I ) Superar los Egos de soberbias, orgullos y vanidades, a partir de comprender qué somos en cuanto a Individuos inmersos en un Colectivo.

J ) Comprender la razón de la Salud y de la Enfermedad desde su origen en los planos de la Mente.

K ) Comprender la razón de la vida Universal.

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¿Qué se entiende por Reencarnación?

Mi criterio personal sobre la Reencarnación es el siguiente:

"Volver a encarnar en un cuerpo físico después de haber muerto"; es decir, volver a nacer e ir desarrollando vidas sucesivas. Vidas que irán significando el "hilo continuo" del proceso de cada Ser, análogo a lo que en una vida vienen a ser los sucesivos días y etapas de la misma.


Entre cada vida en el cuerpo, el Alma, o elemento inmortal de cada Ser, desarrolla otros modos de vivencia en dimensiones diferentes. Esas épocas de transición entre vida y vida en el cuerpo son análogas a lo que en una vida serían las noches entre cada día y día; situaciones especiales de la Consciencia donde poder metabolizar y complementar las vivencias experimentadas en este plano de la materia regido por la finitud o limitación del tiempo y del espacio.

¿Qué son la ley del Karma y Dharma?:

Uniendo ambos conceptos, para mí difíciles de separar como ideas que puedan discurrir una al margen de la otra, comento que existe una Ley subyacente en todo acontecimiento vital, que dirige a los seres hacia el cometido de la Vida misma: Adquirir Conciencia de Sí.

Qué quiero decir con esto?
Que hay un Principio (lo llamo así mejor que Ley) que dirige Todo hacia el destino de Sí mismo, haciendo pasar a cada elemento por los niveles y circunstancias que le posibilitarán tal objetivo. Objetivo que no está fuera de Sí, pero que posibilita enriquecimiento propio.

Mas para ese enriquecimiento propio se hace preciso la creación del sentimiento de "separatividad", de "distanciamiento", de "el otro distinto a mí" o "separado de mí".

Dharma sería el Camino a recorrer y el Principio que lo rige. Karma sería el matiz que adquieren los modos que pueden ser considerados de los procesos del Camino.

En palabras más allegadas, diré que Karma, o expresión más occidental de ese concepto global, es el Principio vital que rige la posibilidad de ir aprendiendo sobre nosotros mismos en ese objetivo de Camino universal. Es lo que nos da la oportunidad de que conozcamos, a partir de nuestra propia experiencia, lo que está en nosotros en posibilidad de proyectar hacia fuera, que sería lo mismo que decir "lo que en nuestro interior reina como posibilidad creadora".

Somos "creatividad vital" emanando hacia nuestro contexto "externo" lo que fluye en nuestro interior, a fin de que podamos tomar Conciencia de lo que vamos construyendo en nosotros de ese potencial creativo o generativo.

No se trata, pues, de "tener que pagar" lo que ocasionamos a otros, sino de "poder percibir en nuestra propia realidad sensorial" (nuestro cuerpo y estados emocionales) lo que es el potencial al que vamos dando lugar.

Cuando un Alma ingresa en la Tierra:

Cuando venimos a nacer a la Tierra, "con nuestra primera respiración nos hacemos ciudadanos de este mundo". A partir de entonces y gracias a nuestra constante actividad respiratoria, iremos incidiendo en la atmósfera psíquica del Planeta. Incidencia que tiene lugar a través del constante intercambio de los fluidos etéreos donde intervienen nuestros pulmones. Fluidos a través de los cuales exhalamos los propios desarrollos de nuestra mente, y por donde recibimos los desarrollados por el colectivo humano.

Un Alma, cuando se incorpora al Colectivo humano terrestre a través de una encarnación, viene sólo como destello o punto de Luz, sin traer en ello más que su "potencial" vital o niveles de conciencia desarrollados. Con él iniciará una creciente influencia sobre las características del óvulo fecundado, que irá dando forma al Cuerpo físico que caracterizará a los valores humanos que viene a expresar y, con ellos, trabajar su propia evolución psíquica y, al mismo tiempo, la del colectivo donde ingresa.

De la atmósfera psíquica terrestre irá canalizando (tomando en uso) los valores psíquicos que hayan venido caracterizando su personalidad humana terrestre, a fin de irlos transformando (evolucionando) en sí, tal como un árbol hace con los elementos de la tierra donde implanta sus raíces, y exhalando a la atmósfera el fruto de su metabolismo más interno.

Cuando el Alma se marcha desencarnada, al igual que deja acá todo el componente orgánico (materia terrestre cada vez más sutilizada) del que se sirvió para expresarse, deja también en la atmósfera psíquica planetaria los procesos psíquicos en los que intervino su ser, con las modificaciones de éstos que sus actitudes vivenciales dieron lugar.

Y es así como con el paso de cada Alma por la vivencia terrestre, el Planeta va evolucionando su atmósfera psíquica, posibilitándose en él cada vez más actitudes de cierta elevada moralidad, acercándonos a ciertas cotas de sentimientos de paz, cooperación, solidaridad, bondad y amor espiritual. Por contra, los valores psíquicos de más belicosidad y barbarie, van poco a poco perdiendo sus posibilidades de expresión, al irse transformando las energías u ondas vibratorias que alimentaban y posibilitaban sus expresiones.

La cualidad de la energía de "la actitud" que invirtamos para armonizar un conflicto determinado, será la que hagamos crecer en el contexto planetario. Será, por ejemplo, la Tolerancia, si con ella suavizamos la aspereza que mantiene un conflicto entre personas o circunstancias. Si en lugar de ello respondemos con las actitudes propias que caracterizan aún a las situaciones de conflicto, nada haremos por su evolución y éstas seguirán envolviéndonos.

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¿En qué tipo de Cuerpo y Circunstancias reencarnamos?

Todas las vidas se expresan como un hilo continuo, con cambios muy sutiles o pequeños, pero que nuestra conciencia física puede apreciar como algo a saltos grandes y desconectados, porque falla en ella la memoria completa y la comprensión de todos sus procesos.

Todo está sujeto a unas Leyes o Principios que rigen el proceso de crecimiento de las Almas, y muestran cómo de lo que se trata es de ir creciendo en la conciencia de los dos Pilares que sustentan la esencia de la Vida, que son el Amor y la Sabiduría.

Nuestro cuerpo es prácticamente idéntico al anterior y seguirá definiendo los caracteres de nuestra personalidad.


Y nuestras circunstancias serán aquellas que nuestro propio proceso personal vaya generando y precisando para seguir la evolución marcada en su interior.

Solemos abordar la vida desde el miedo a la inseguridad de permanencia en lo que percibimos que somos, un cuerpo sujeto a muchas inclemencias y con apariencia de finitud, de sufrimiento y de muerte.

Esto es debido a nuestro aún poquísimo desarrollo de la conciencia de lo que realmente significa la vida en el cuerpo.

Y todo ello nos lleva a una serie de comportamientos y de pugnas en busca de una seguridad que nada tiene que ver con lo que somos en esencia.

Así pues, estamos dados a acciones y actitudes internas de bastante incoherencia y bien alejadas de la creatividad vital que impera desde nuestro interior.

Esa creatividad interna de improcedencias va dando lugar a circunstancias de su análoga cualidad, es decir, de incoherencias para con la Vida.

El ir dándonos cuenta del efecto de nuestros actos y pensamientos es un objetivo importante de la vida en el cuerpo, y consiste en experimentar de aquello que generamos, es decir, de vivir envueltos por lo que en nosotros está el proyectar hacia fuera, hacia los demás, motivado por los modos en que nos concebimos y concebimos a los demás.

Iremos, pues, experimentando en nosotros lo que hacemos o proyectamos hacia los demás, para ir comprendiendo lo que es oportuno a la Vida que Somos.

Cada reencarnación es como un nuevo día, una nueva oportunidad para seguir percibiendo y alcanzar a saber qué debo hacer para lograr que me envuelva lo que voy considerando como lo óptimo a esperar de la Vida.

Por esta razón pasamos por situaciones de poder, de vanidad, de egoísmo, etc., hasta conocer que desde el saber ser Amor nos conduce a la Sabiduría y, con ambos, a cotas de intensidad de vida cada vez de más amplia y perdurable felicidad.

¿Por qué reencarnamos en cuerpos con defectos físicos?:

Considerando que: "Nuestro cuerpo es prácticamente idéntico al anterior y seguirá definiendo los caracteres de nuestra personalidad ",...

... podremos entender que nuestros cuerpos no son más que la "representación de nuestra condición mental, expresada en los niveles de lo orgánico o de sensibilidad material", para a través de esta forma podernos desenvolver en la vida sensorial y desarrollar así la "Conciencia del Ser que Somos". Por ello, es fácil comprender que la condición de nuestro cuerpo actual tiene todo que ver con lo que hemos ido generando en él, es decir, en nuestra condición mental (actitudes y valores desarrollados en nuestra condición interna de ser) durante cada uno de nuestros procesos encarnatorios anteriores.

De esta manera podremos constatar que los defectos físicos (y también nuestras capacidades positivas) que hemos tenido en nuestra vida anterior, así como el tipo de enfermedad a la que éramos propensos, vienen de nuevo a manifestarse en la vida actual.

Esto no es más que el fruto de esa identidad que viene manifestándose en nuestra personalidad, cuyos procesos de transformación o evolución son excesivamente lentos, debido a lo que mucho nos cuesta reconsiderar en nuestras actitudes de vida.

Lo importante de todo esto que viene a repetirse en nuestra condición física, es que vayamos aprendiendo lo que ello tiene que ver con esas actitudes y valores de nuestra condición de pensamiento y sentimiento, y procuremos ir equilibrándolos sabiendo aflojar en algunas de nuestras tendencias de comportamiento, y cultivando las que se correspondan con lo que tendemos a marginar o menospreciar en nuestra persona, pero que son causa de esas anomalías físicas.

Incorporación de un Alma en su Cuerpo:

Si bien el alma que va a reencarnar ya conecta con los que van a ser sus progenitores desde al menos varias semanas antes del momento de la concepción (de la fecundación del óvulo), aunque de una forma subconsciente por parte de estos, su incorporación al feto va siendo de forma progresiva conforme discurre el embarazo.

A medida que la estructuración orgánica del feto se va formando, es como el alma se va sintiendo cada vez más “atrapada” por aquel. Mientras tanto, va “viviendo” en los niveles de realidad que le sean propios como alma libre de la condición encarnada.

He conocido experiencia de madre que percibía cuándo el Ser (alma) de su hijo en gestación se incorporaba o cuándo se alejaba, cosa la cual solía ocurrir con cambios en el estado de ánimo de la madre o de su entorno.

Todo esto nos viene a decir que un feto en gestación no está desligado de un alma específica, aquella que con sus modos peculiares de ser va alimentando, ya previamente a su aparición encarnada, los modos de las diferentes estructuras orgánicas que lo van a caracterizar como en sí es.

La encarnación tiene lugar en el momento en que la criatura nace y realiza su primera respiración (realizar su primera inhalación de aire de la atmósfera terrestre). Cosa diferente es su modo de estar vinculado al cuerpo nacido, con el que puede sentirse más o menos envuelto y condicionado por sus circunstancias.

El ser puede desligar bastante su implicación con la criatura, pero siempre será a costa de la integridad física de ésta. En la medida de su mayor vinculación, la criatura por nacer adquirirá mayor coherencia en su normalización corporal. 

Una vez ocurrido el nacimiento de la criatura, no por ello el alma va a estar ya anclada sin poder salir o “alejarse” circunstancialmente del cuerpo, pues tenemos las experiencias de los viajes astrales conscientes, que nos han venido informando de que las “salidas” son casi a diario, aunque de forma consciente sean muy pocos los individuos que la experimentan.

De forma análoga a la muerte, cuando hay un debilitamiento importante de la conciencia, como es el caso de sueños profundos (e incluso situaciones críticas de enfermedad grave), el alma puede tener otras experiencias fuera del cuerpo, que habitualmente tratan de servir de apoyo a lo que la persona viene desarrollando en su vida física.

No obstante estos alejamientos, el alma sigue alimentando las dos constantes vitales que precisa la vida del cuerpo, como son el ritmo cardiaco y el respiratorio; nutrición energética que hará a través de lo que venimos a llamar “cordón de plata”, cordón energético por donde discurre la energía personal entre el "cuerpo mental" y el "cuerpo físico" del individuo cuando ambos se alejan y mientras el cuerpo se mantenga con “vida” orgánica. La ruptura de dicho cordón de plata significaría la ruptura del enlace del cuerpo mental con el físico, lo cual acarrearía la muerte de este último con liberación del primero hacia los planos astrales.

Podría definirse el Cuerpo Mental como la personalidad del sujeto no condicionada por la estructura física de su cuerpo orgánico. No está sujeto a “forma” específica, siendo la propia conciencia del individuo quien se la va dando desde el sentimiento que va manteniendo o adquiriendo de él en cada momento o circunstancia cuando está “fuera del cuerpo”. Recien salido de su cuerpo físico, suele presentarse con la forma de éste, por el hábito adquirido en su propio autoreconocimiento personal.

Cada alma infunde sus rasgos al que será su cuerpo:

Debemos considerar que el cuerpo que se gesta no es “un cuerpo cualquiera” que después servirá al alma que decida vincularse a él. Desde un primer momento es un alma concreta quien va insuflando al cuerpo las características de su personalidad, lo cual va conformando el cuerpo de una manera y cualidad muy específica, tanto que los valores que el alma viene a seguir cultivando se irán materializando en los modos de la estructura corporal.

Y es más, ya antes de la concepción, las necesidades generativas del cuerpo en cuestión irán moviendo circunstancias de los que van a ser sus padres biológicos para que estos adecuen una serie de circunstancias personales en ellos y en el entorno de la ya cercana gestación, para que todos los valores de influencia energética que precisa tal conformación corporal tengan lugar en torno del feto.

De la misma manera, durante todo el proceso de la gestación, los hábitos de sus progenitores se adecuarán a lo que el feto necesita para la conformación corporal que es propia de la criatura por nacer a la vida encarnada. No es por tanto lo que se tiene creído, de que el feto se ve afectado por los hábitos y circunstancias de los padres, sino que es el propio alma a encarnar la que va haciendo posible, por la condición de sus propios fluidos vitales que lo caracterizan, quien va dando lugar a aquellas circunstancias en torno a la gestación de su cuerpo.

En lo humano, es preciso que en los progenitores, o entre ambos, se conjuguen los modos estructurales que precisa la criatura por nacer a través de ellos. A más similitud de elementos en ambos, más posibilidad de parecidos habrá en su prole (los hijos a que den lugar).

Cuando una madre gesta a una criatura que tiene mucho parecido con ella, la madre apenas percibe cambios en sus necesidades (en lo que han venido siendo sus hábitos). Sin embargo, cuando gesta a una criatura bien diferente, los cambios de hábitos de la madre durante la gestación pueden llegar a ser tremendos. Esos cambios (nutricionales, dinámicos, de comportamiento, ambientales,...) fuerzan modificaciones en las reacciones fisiológicas de la madre, necesarias para la generación de lo que caracteriza al hijo que gesta.

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¿Qué nos aporta el conocimiento de lo reencarnatorio?

El conocimiento que he alcanzado a desarrollar sobre la Reencarnación es que la Vida es Eterna y que vamos siendo el resultado de lo que alcanzamos a ser en ese Amor y Sabiduría que tenemos que ir desarrollando hacia dentro y hacia fuera de nosotros, hacia lo que se muestra como lo que somos y lo que nos aparece como lo que nos rodea.

E igualmente, que nada es producto de "la mala o buena suerte" ni de "la casualidad", ni incluso de "la voluntad ajena" en sí, sino que todo es movido por lo que vamos generando en el núcleo de nuestro Ser con las actitudes a las que damos vida en cada momento y situación de nuestra vida.

Y que Somos Creatividad constante, como nuestra propia Esencia, aunque aún sin la conciencia de serlo en la intensidad y planos donde realmente ocurre. Y es así como nos afanamos por "construir" en lo material fuera de nosotros, fuera de nuestra propia personalidad, sin darnos cuenta de que todo ello no trata más que hablarnos de lo que somos por dentro, de cuyo conocimiento huimos sumergiéndonos en la propia cosa material creada.

Somos creadores del mundo que percibimos, del mundo que nos envuelve, de la personalidad que somos, de los aspectos físicos con los que nos mostramos, de las cualidades fisiológicas que dan lugar a los funcionalismos orgánicos de donde surgen nuestras cualidades humanas, ... aunque nos empeñamos en situar su origen en lo casuístico, etc., para así desresponsabilizarnos de todo cuanto nos ocurre y seguir afanados en nutrir nuestra vida de incoherencias con la condición "humana" que venimos a desarrollar más allá de la mera supervivencia o vida sustentada en el abastecimiento de las inercias sensoriales del cuerpo.

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¿Cómo justificar nuestras diferentes condiciones de vida?

Esta Vida es sólo oportunidad para "crecer".

La Vida sólo es "oportunidad para crecer en Amor y en Sabiduría". Todo lo demás son los frutos de aquello a lo que hemos ido dando lugar con nuestros procederes anteriores. Procederes basados en lo que la imaginación ha ido creando para justificar la amplia gama de modos de ser en los que nos empeñamos.

Todos los sufrimientos que consideramos o creemos apreciar en nuestra vida y en la de los demás, son producto de la permanencia en situaciones que deben ser dejadas o trascendidas, utilizados por la Sabiduría de la Vida para ese plan de Aprendizaje en el que todos estamos inmersos.

Diferentes condiciones en la muerte:

La Vida en el cuerpo es una maravillosa escuela para el desarrollo de las almas.

Así como nada es fortuito en las circunstancias por las que vamos pasando día a día, en el proceso de la muerte, que es simplemente algo más de la Vida en sí, viene a ocurrir igual.

Nuestro modo de abordar y desarrollar nuestra vida va generando también los modos del desenlace de la misma, como algo fruto de todo lo vivido y la manera de apegarnos o desapegarnos de las cosas y circunstancias, incluso de nuestro propio cuerpo.

La cualidad de la muerte es inherente, pues, a lo que la Vida nos viene a aportar respecto de lo que somos, nuestra manera de considerarnos y la manera de considerar todo en ella.

Quien no tenga que pasar en su muerte física por una circunstancia concreta, es seguro que no pasará, aunque pareciera que todo confabula para que sí ocurra. El magnetismo vital (herramienta subconsciente eficacísima que posibilita todos los ajustes energéticos entre las cosas y los seres vivos) atrae o repele todo lo que cada cual va moviendo en torno suyo, bien para alejarlo como para atraerlo, y esto opera igualmente en los modos del desenlace vital físico.

Todo ocurre para ser considerado por la propia persona que vive una circunstancia, así como para ajuste de factores de su personalidad, aunque aún nuestra conciencia sea bastante pobre de discernimiento en ello. No obstante, todo queda grabado (más allá del tiempo y del espacio que aquí consideramos) para que en el momento oportuno sirva esa experiencia a procesos posteriores del desarrollo de nuestra Conciencia. Y de igual manera un proceso de muerte física puede ser aprovechado por la Vida para influenciar en aquellos otros seres que precisen de aquel para reconsiderar actitudes, como por ejemplo en amigos, compañeros o familiares más allegados.

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¿Por qué no recordamos nuestras vidas anteriores?

La Memoria es sólo un peldaño evolutivo inicial.

La Memoria es una cualidad cerebral contraria al proceso de crecimiento de los seres. Se desarrolla en base a la falta de comprensión de cada cosa que observamos o que nos ocurre.

Utilizada en recordar vidas pasadas, condicionaría mucho la libertad emocional de la persona, y dificultaría mucho la necesidad de romper las inercias de actitudes y comportamientos que hemos ido creando en vidas anteriores.

La Memoria existe por ser necesaria en los primeros brotes del desarrollo cerebral, hasta que sea sustituida por la comprensión de las situaciones vivenciadas y del sentido de las sensaciones que recibamos.

Lo "comprendido" pasa a un nivel de intervención automática. Lo "memorizado" requiere del esfuerzo de la voluntad, y viene a significar "una carga" en la estructura del individuo, pues requiere de soportes energéticos de densidad donde almacenarse. 

El actuar desde la memoria nos lleva a no preocuparnos de Comprender el por qué de lo que sucede. Nos llenamos de datos e impedimos la oportuna intervención de los elementos cerebrales del análisis (discernimiento o significación de contenidos), y sobre todo cuando ese análisis debe estar ausente de afectaciones, cosa la cual dificulta el recuerdo, pues lo memorístico está vinculado a las estructuras emocionales. 

Mis experiencias en el área de los modos de intervención del cerebro humano, me han mostrado con claridad lo que antes indico, aunque resulte no fácil de encajarlo.

Cuando somos capaces de superar toda afectación porque logramos entender los motivos del suceso que las originó, y al mismo tiempo trascendemos lo que aquellos pudieran mover en nuestra vanidad, orgullo, miedos, etc., podemos irnos dando cuenta de que nuestra mente se libera de condicionantes (basados generalmente en esos valores negativos que antes cito) y se hace posible en ella caminar sin la necesidad del recuerdo, que generalmente tiende a atarnos a condiciones de ser o a circunstancias ya pasadas.

Un recuerdo de vida anterior que no logremos comprender en el sentido que vino a ocurrir en nuestra vida, no servirá para nada positivo. Más bien tenderá a buscar una razón del suceso fuera de nosotros, por lo que de nuevo la memoria querrá mantener esa causa externa como razón de lo ocurrido, para prever nuevas situaciones análogas, con lo cual se estará cerrando a un nuevo modo de abordar su significado. 

El que lleguen a nuestra conciencia detalles de nuestras vidas anteriores nos debe aportar la comprensión del por qué tendemos a comportarnos como nos comportamos. Pero para que esto no conlleve influencia negativa, se precisa del comprender el por qué desde nosotros (desde nuestros modos internos de ser) ocurrieron así las cosas. Y generalmente, cuando alcanzamos a desarrollar de esta manera nuestra mente, es cuando con facilidad nos comiencen a llegar informaciones interesantes de nuestros procesos anteriores.

Los sueños, traídos desde otro nivel de conciencia que la usual de vigilia, si no es procesado correctamente por esta otra, no suelen aportar cosas de valor, y es debido a que si tenemos mucha capacidad de sueños conscientes, es que tenemos más debilitada la conciencia de la vigilia, que es la que más nos puede aportar a que apliquemos aquellos a un proceso de superación personal.

A veces la persona recuerda cosas de un lugar donde no ha estado nunca en esta vida, que pudieran significar recuerdos de una vida anterior, aunque también las podría haber "visitado" en sueño (salida astral). En mi caso particular, que no soy capaz de recordar algo de allá donde estuve en mi vida anterior, a pesar de que se mantuviera en las mismas condiciones, sí me ha ocurrido el estar seguro de que viviría situaciones que no han llegado, pero que sí viví en mi existencia anterior y que mucho marcaron mi subconsciente, y que éste las concebía aún como algo tan deseado que pensaba las volvería a vivenciar, por lo que significaron para mi persona en lo que me apliqué intensamente.

¿Qué posibilidades nos aporta la terapia regresiva?

La eficacia de las terapias regresivas siempre irá en función de la capacidad de la persona en llevar a su conciencia racional (de entendimiento) lo que la regresión le desvele. Igualmente, su cualidad moral podrá hacer que le sea beneficioso o perjudicial, según el modo de encajar lo que fue una condición de su persona en vida anterior.

Cuando se toman sustancias que potencian el sumergirse en vivencias anteriores, si bien se pueden sentirse éstas con mayor facilidad e intensidad, al estar nuestros factores de conciencia (áreas cerebrales donde se desarrolla el discernimiento) debilitados, la utilidad de esas experiencias dejan mucho que desear, pues la clave del indagar en vidas anteriores está en la posibilidad de incorporarlo a nuestra conciencia actual, la conciencia propia del estado de vigilia lúcido.

La conciencia, si bien podemos pensar que es un factor mental de secuencia (estado vibracional) única, posee diversas escalas, entrelazadas entre sí pero diferentes en cuanto a realidades materializables o posibilidad de ser utilizadas en el estado de vigilia. Algo análogo a lo que nos enseña la Radiación Electromagnética, que según sea la frecuencia o la longitud de la onda, se manifiesta de forma diferente (como color, sonido,...) o bien no se manifiesta a nuestros sensores.

Mi experiencia me ha venido mostrando que cuando una persona precisa realmente conocer algo de sus vidas anteriores, la propia Vida, su conciencia inmersa en Ella, le hará conocer lo que le sea necesario (no solamente desde el mero "deseo" de conocer), bien con terapias regresivas, por medio de alguna persona médium o vidente, o a través de su propio pensamiento. Yo las he tenido de forma abundante a través de los dos medios últimos que cito; mis intentos de regresiones nunca me fueron de utilidad.

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¿Por qué la Ciencia no acepta la Reencarnación?

La Mente tiene diversos niveles de percepción.

Todos los procesos de la vida pueden ser justificados desde una gran diversidad de puntos de vista, según la cualidad mental que cada individuo haya desarrollado.

Cada uno de estos puntos de vista está fundamentado por una de las diferentes áreas cerebrales que intervienen en la formación de cada criterio, que a su vez trabajan en diferente longitud de onda cerebral o vibración intelectiva.

Trabajar la comprensión de los conceptos reencarnatorios requiere ser capaz de situarse mentalmente en otra frecuencia de percepción, más cercana a las áreas extrasensoriales propias de la abstracción cognitiva, diferente de la que se usa en los trabajos científicos. 

La percepción extrasensorial no puede transmitirse con hechos probatorios realizados a voluntad como los que manipulan los factores materiales con base en lo meramente sensorial; hechos probatorios con posibilidades de repetición que se conciben necesarios para que algo pueda entrar en terreno "científico".

Dichas percepciones extrasensoriales, generalmente fuera del alcance de un cerebro que se mueve por los ámbitos de la Física, contradicen algunos postulados de lo que se concibe como realidades vitales del proceso humano y sobre los que los estamentos gubernamentales construyen sus modos de intervención, por lo que fácilmente se comprende no puedan ser aceptados, del mismo modo que a la propia Medicina (ciencia médica ortodoxa) le cuesta aceptar sobre la realidad transpersonal de los Cuerpos y el origen intrínseco personal de todas las afecciones orgánicas, en cuyo terreno sí tengo bastante experiencia.

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¿Cómo < recuperamos > nuestra personalidad al nacer?

Cada Alma tiene su propia genética personal:

Volver a nacer significa "volver a iniciar la recuperación de la personalidad humana que caracteriza a nuestro ser personal", para que una vez alcanzada dicha recuperación, podamos conducirla hacia los nuevos objetivos que precisamos experimentar o desarrollar.

Al ser nuestro Cuerpo "la concreción material de los valores alcanzados por nuestra Mente", expresada en las formas corporales orgánicas que corresponden a cada personalidad, seremos prácticamente igual en lo físico a como fuimos en la vida anterior, con las variantes que se correspondan con los cambios que hayamos podido experimentar en nuestra mente en base a lo vivido en esa otra existencia.

Será corriente incluso hasta el pasar por análogos procesos de enfermedad y de circunstancias específicas anatómicas que caractericen a nuestra personalidad, pues "el cuerpo ha de adecuarse plenamente a los valores mentales de la personalidad que venimos a expresar" en esta nueva vida.

En una y otra vida somos el mismo Ser prosiguiendo su desarrollo, y como una misma personalidad se expresa en el cuerpo que genera sus modos, pues siempre resultará muy fácil identificar a aquel en vidas cercanas sucesivas.

En la vida presente, de un día a otra no cambiamos de aspecto, aunque lo pudiéramos hacer en un tiempo más distante, pero siempre los rasgos más característicos se mantendrían. No obstante, mi experiencia en el análisis de la fisonomía para saber de la condición interna de una persona, me ha hecho ver que cuando cambiamos de una actitud mental a otra, lo cual puede ocurrir en breves segundos, los cambios que se perciben en el rostro pueden llegar a ser muy notables, donde las tonalidades de la piel, la tersura de ésta y los aspectos de volumen de las diversas áreas del rostro adquieren significativas diferencias.

El proceso de recuperación de la personalidad base del individuo dura en torno a los 27 años (ciclo astrológico lunar), a partir del cual el sujeto puede ir ya expresando la resultante global de sus inercias internas, ya recuperadas del todo y a las que habrá podido añadir algunos de los factores resultantes de sus experiencias durante esos años indicados.

Cambios de género o sexo de una vida a otra:

Los cambios de sexo que en nosotros pueda estar en posibilidad de ocurrir de una vida a otra, son los que marcarán más diferencias, tanto en la anatomía y fisiología corporal, como en la psique, pero sin desdibujarse físicamente demasiado la personalidad que en el fondo somos. Los cambios más importantes estarán marcados por las influencias de las glándulas "generativas" (sexuales) que en la actualidad impulsan desarrollos distintos por la diferente cualidad de género que el individuo ha adquirido, cuyo proceso fisiológico se define en las primeras semanas de gestación, una vez que las glándulas genésicas se definen por uno u otro sexo (interiorizarse o exteriorizarse). 

Esto anterior nos pemite comprender lo que puede ocurrir psicológicamente en un alma que, por ejemplo, trae de vida anterior inercia de comportamiento en cuerpo femenino y no acepta su posible condición de cuerpo de hombre en su vida actual, motivado por una circunstancia de su ser que no percibe con claridad en su conciencia y que entra en contradicción con su inercia subconsciente.

Lo del punto anterior puede aplicarse a la gran diversidad de casos posibles que de hecho ocurren en la vida diaria con los tránsitos de experiencias de vida de hombre / mujer. El Ser en sí no es ni masculino ni femenino, pues estas dos cualidades de manifestación orgánica se suscitan en los planos de la Dualidad que caracteriza al desarrollo de la Conciencia en lo que llamamos vida física o terrena. Cada uno de esos dos valores polares permite desarrollos distintos y complementarios en la realidad de Ser, esenciales para su capacidad creativa.

Esto nos debe ayudar a tratar de comprender que el enjuiciamiento de los casos de homosexualidad deben ser considerados añadiendo esas premisas de cambios de género de una misma personalidad y los desconciertos e incoherencias que pueden originar en ella misma a la hora de comportarse con respecto a las características fisiológicas que expresa su cuerpo, y el modo de relación interpersonal afectiva.

Las características del Cuerpo expresan la opción por la que se ha definido el Alma en su encarnación, y debieran tenerse bien presente, pues será a través de tal condición orgánica como puede desarrollar los valores que viene a cultivar, ya que si los precisara desde la otra opción de género, a ella habría dado lugar. Son las inercias imperantes del subconsciente las que deben ser reconsideradas, al igual que ocurre en las inercias de hábitos nutricionales no oportunos sobre los que se aconseja modificar para no llevar al individuo a situaciones de desarmonías psicofísicas.

Las circunstancias entorno al feto las propicia éste:

No son las circunstancias externas del feto las que condicionan sus modos de comportamiento psicofísico posteriores al nacimiento, sino que son los valores internos del mismo y lo que debe colaborar en la configuración de la personalidad que le es propia, los que mueven sus circunstancias externas, e incluso los procesos por los que durante el periodo de gestación viven sus padres biológicos.

Lo interno genera el mundo exterior, para manifestarse ante sí mismo y desarrollar de esta manera su conciencia de ser individual.

En el apartado "Cada alma infunde sus rasgos al que será su cuerpo", del punto "2", encontrarás ampliación de lo que en éste se trata.

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¿Qué papel juega nuestra familia en la vida actual?

"Ningún valor humano es propiedad individual".

Todos los miembro de una familia colaboran en las posibilidades de ser que cada uno de ellos trae como inercia de vida en la personalidad que viene a expresar. Esto es posible gracias a lo que vengo a llamar "trasvases" de energías, valores o modos de ser.

Cuando ingresamos en una familia al nacer (y ya desde el inicio de la concepción), los valores que atraemos como individuo humano pasan a formar parte del colectivo familiar. [Algo análogo ocurre cuando posteriormente constituimos una familia]

Cada miembro del colectivo irá acaparando para sí lo que le es más propio a lo cultivado en sí, es decir, que cada persona va dando vida en ella a las energías psíquicas o valores humanos más afines a la condición de ser que ha ido cultivando en sus sucesivas vidas. 


Con nuestro ingreso adquirimos la posibilidad de alimentar en nosotros aquellos valores que desestiman en ellos los demás miembros del colectivo familiar (por las inercias de sus modos de ser), de donde nos surge la posibilidad de destacar humanamente en un valor o condición de ser (aquel que los demás no desean o no saben cultivar y que nosotros acaparamos). Pero también podemos llegar a acaparar en nosotros valores que precisarían los demás para poder poner acierto y más armonía en sus vidas. Esto último ocurriría en los miembros que no tienen cultivado en sí esos concretos valores, pero que al ser inherentes a su condición humana, los canalizaron hacia el colectivo familiar, procedentes de la atmósfera psíquica humana terrestre. [Sobre esto podemos ver más en "Cuando un Alma ingresa en la Tierra", del Punto 1]

Por tanto, "lo que podemos llegar a expresar" como cualidad personal, se deberá a nuestra inercia cultivada; pero "la capacidad de llevarlo a efecto" nos la otorgan aquellos que no usan para sí de esos valores que el Colectivo atrae hacia su núcleo.

Donde veamos una persona "prepotente" en algo (mucha inteligencia, mucha bondad, mucha responsabilidad, mucha ...), podremos decir sin miedo a equivocarnos, que cerca de él y vinculado por algún tipo de lazo emocional (generalmente familiar), hay otra (u otras) persona con carencia notoria de aquello. Así pues, el orgullo y la vanidad que puedan desarrollarse por los modos de ser, estar o tener, son pura falacia y fruto de la ignorancia humana con base en la soberbia o sentimiento ficticio de prepotencia individual.

Nadie tiene, pues, realidad de ser a partir sólo de sí mismo, pues "somos el fruto de la interacción de valores colectivos", es decir, que somos el fruto de las mutuas influencias que surgen con motivo de los acaparamientos y de las cesiones que motivamos dentro de cada colectivo.

¿Elegimos a nuestra Familia terrena?

Las almas, como ocurre en los reinos inferiores (a los que llamamos vegetal y animal, por ejemplo), cuando no han alcanzado aún un grado de conciencia con capacidad para su propia dirección, son conducidas por grupos de entidades superiores dentro de lo que venimos a llamar Conciencia Colectiva.

En la condición humana, a medida que las almas van adquiriendo un mínimo de capacidad de autodeterminación, van ensayando decisiones un tanto individuales (aunque siempre dentro del contexto de necesidades del Colectivo donde vienen a formar parte en su proceso de desarrollo).

Con esto vengo a decir que según sea la capacidad de un alma, estará más o menos en su posibilidad de determinación la familia donde venga a ingresar. Algo análogo a lo que ocurre cuando en nuestra infancia somos conducidos a un colegio u otro, en función del criterio de nuestros padres. Mas cuando adquirimos más edad, terminamos siendo nosotros mismos los que decidimos a qué escuela o universidad seguiremos yendo.

“Como es arriba, es abajo”, “como es dentro, es fuera”, son expresiones que nos vienen a decir que si sabemos ir encontrando la oportuna correlación que entre “todo” existe, en una vida física podremos hallar mucha comprensión de cómo discurre la Vida en los diferentes planos de expresión o existencia material, pues el Objetivo es siempre el mismo: Ir desarrollando la propia Conciencia de Sí misma de cada Alma, en cuanto a Realidad Individual y Colectiva a un mismo tiempo, con base en su esencialidad creadora desde el Amor.

¿Por qué a veces sentimos no ser de nuestra familia?

Si tenemos en cuenta que la ley inmersa en la naturaleza de la Vida es el Amor, no es de extrañar que Ella misma establezca los modos de ir procurando que Aquel tenga lugar paulatinamente en todas las Almas que pueblan el Universo.

Hace ya 2000 años que fue dicho lo siguiente: "De aquí en adelante, los enemigos del hombre serán los de su casa". Si logramos comprenderlo, veremos el alto sentido que tiene en ese objetivo vital antes mencionado con base en el Amor.

El alma no se cultiva en el bienestar ni en el halago, sino en la dificultad y ante el cuestionamiento de su verdad. Toda la evolución animada, y ya desde lo mineral y lo vegetal, ha venido siendo un ir puliendo las aristas de nuestra estructura, que nos ha ido sabiendo situar ante constantes nuevas circunstancias.

La condición humana no iba a ser menos, y es así como las almas que han de ir sabiéndose situar de mejor manera ante aquellas otras con las que han tenido roces, dicotomías o enfrentamientos, se vean de alguna manera forzadas a procurar pulir los mismos.

De esta manera, es muy corriente observar en una misma familia a individuos muy opuestos entre sí, y no precisamente lo que pudiera pensarse que debería existir de analogía y empatías entre ellos.

Las diferentes inercias de comportamiento que caracterizan a cada individuo de los que pueden formar un mismo núcleo familiar, posibilitan dos cosas importantes: La primera es que cada cual puede cultivar el potenciar (extremarse) aún más en su modo peculiar de ser; y la segunda sería el ir posibilitándose un acercamiento entre esos modos diferentes y, en ocasiones, bien contrapuestos.

Según como sean las relaciones de comunicación entre esos miembros familiares, se irá dando una u otra forma de las mencionadas, al igual que ocurre con los modos de comunicación entre los que configuran la Pareja humana.

En las posibilidades de cómo discurra ese modo de relación y sus influencias respectivas, va a influir el proyecto con el que cada alma ingresa en ese grupo familiar, así como en las posibilidades reales que tenga para llevarlo adelante una vez situada el alma en el nivel encarnado, donde se pierde mucho de lo que fueren meros propósitos sin base en trabajos internos ya desarrollados para llevarlos adelante.

Así pues, en una misma familia pueden confluir almas con algunos sentimientos afines, y otras que no los tengan, pues como he dicho, el grupo familiar no toma ya sentido en lo humano para desarrollar aptitudes y actitudes análogas, sino para posibilitarse entre ellos la conducción creciente o decreciente de valores humanos específicos, donde con facilidad hallaremos modos de ser antagónicos. En las propias circunstancias que caractericen a cada embarazo (cada gestación) podremos ya ir percibiendo connotaciones importantes que caracterizarán la vida del alma cuyo cuerpo se gesta. [Sobre esto podemos ver más en "Cada alma infunde sus rasgos al que será su cuerpo", del Punto 2]

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¿Cómo influye en la vida presente lo que antes fuimos?

El hoy lo construimos con lo que ayer hicimos.

Con nuestro presente construimos nuestro mañana, tanto en nuestro cuerpo, como en nuestra psique, y así mismo también en cada una de las circunstancias que rodearán a cada instante de nuestra vida futura.

Así pues, con nuestro hoy, nos constituimos en los arquitectos de nuestro mañana. Un "mañana" no circunscrito necesariamente dentro del tiempo de una vida encarnada.

Los procesos del Alma están más allá del tiempo terreno, y es así que lo que vamos generando se irá presentando cuando vaya tomando sentido en el contexto general de las experiencias del alma.

No cabe, pues, culpar a la casualidad lo que nos deparará el Destino, tanto si contemplamos lo que ocurre en la salud de nuestro cuerpo, como en nuestra condición familiar, como en nuestra vida laboral, económica o social.

Nuestras circunstancias personales y externas son "los aspectos de nuestras inercias internas que buscan el terreno propicio para manifestarse", a fin de que vayamos tomando conciencia de lo que en ellos existe, con lo cual, pasaremos a experimentar lo que en nosotros está en la posibilidad de generar.

La Vida es el espejo de sí misma. No hay dentro y fuera como algo diferente de una misma cosa. Nuestra condición de Individualidad es "la estructura de Conciencia" que genera el Alma para percibirse en los Valores o atributos de la Potencialidad que va alcanzando a manifestar; por tanto, su entorno será el modo de manifestarse ante sí misma y donde aprecia su desarrollo.

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¿Qué sentido tiene la vida en un cuerpo físico?

El Cuerpo es la herramienta de evolución de la Conciencia de Peculiaridad o Individualidad.

El Cuerpo físico permite al alma tomar conciencia de su evolución alcanzada, al mismo tiempo que le permite avanzar en la misma.

Esto se consigue con el sometimiento a las leyes de la finitud en lo temporal y en lo espacial, coordenadas esenciales para generar la estructura organizada de la mente y alcanzar su autocomprensión.

En ese proceso, el Alma se auto limita en sus posibilidades de expresión de su amplio potencial, adquiriendo la capacidad de "uni-direccionalidad" para ir desarrollando cualidades específicas, que desde lo puramente Mental se desvanecen y entremezclan.

En la Mente todo puede ser capaz a un mismo tiempo o casi en un mismo instante, pero la materialización de la idea requiere esas coordenadas de tiempo y de espacio. Con ellas lo mental se condiciona a pautas encadenadas (enlazadas) y se hace posible la insistencia de la acción para que las inercias de la personalidad (dispersas por la mente) vayan pudiendo ser reconsideradas y reconducidas.

En esas reconsideraciones reiteradas está la posibilidad de transformación de la inercia mental, es decir, del instinto de la personalidad que viene a seguir evolucionando.

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¿Es < la muerte > algo necesario en < la vida >?

La Muerte es sólo la desconexión profunda de la Conciencia que rige en el espacio-tiempo.

En la contemplación de los efectos de la sucesión de los días y las noches en la vida de una persona, obtenemos la comprensión de la necesidad de la sucesión de muertes y renacimientos.

En los días, nuestra Conciencia "experimenta". En las noches, "metaboliza esas experiencias" y las incorpora a nuestro instinto o tendencia natural. Mas para que este metabolismo sea correcto y eficiente, precisa de la desconexión plena de la conciencia física cada cierto "periodo de experiencias".

Así pues, para aprovechar lo ingerido a lo largo de toda una vida, en lo que el cuerpo ha sido sólo la herramienta válida para tal ingestión de experiencia de ser, se necesita desconectarnos "plenamente" de cada estructura física que intervino en esos desarrollos concienciales, y éstas la forman todas y cada una de las células que constituyen el cuerpo, al cual hemos de abandonar totalmente.


Al igual que son necesarias las noches para poder desconectarnos de la tarea cotidiana y retomarla con nuevas fuerzas y posible nuevo enfoque al día siguiente, de igual manera ocurre con nuestra aplicación en el periodo al que llamamos "una vida" (encarnada). Proseguirlas ininterrumpidamente podemos imaginar a qué conduciría. Pretender que el cuerpo se mantenga eternamente "presente" es sólo el fruto de la incomprensión de la esencia y función del mismo, y supeditar la "existencia" a la simple presencia física material. 

Nuestro modo de ser, generará posteriormente el cuerpo que caracteriza a nuestra personalidad, valiéndose de la genética progenitora oportuna y de la conveniente y oportuna influencia en la madre gestante para que ésta opere en sus hábitos los cambios de todo aquello que requiera una adecuación para la personalidad que está gestando en su vientre.

Podemos leer sobre lo que expone el párrafo anterior, en el siguiente apartado "Cuando un Alma ingresa en la Tierra", del Punto 1, y algunos apartados más de los que le siguen.

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¿Hay contradicción entre lo cristiano y lo reencarnatorio?

Desde lo reencarnatorio, lo espiritual alcanza a ser "comprensible".

Entender los Principios que rigen la Reencarnación posibilita comprender de mejor manera las enseñanzas de Cristo e incorporarlas en nuestras vidas; no obstante, no todo el que cree en la Reencarnación acepta a Jesús en el sentido que lo acepta un cristiano.

En los textos religiosos podemos encontrar expresiones en las que basarnos para apoyar el criterio reencarnatorio. Y también los hallaremos para desmentirlo. Todo va a depender de la óptica desde la que los interpretemos y la intencionalidad que llevemos al leerlos. Las palabras en sí tienen carácter neutro, siendo la actitud lectora la que le otorga interpretaciones diferentes, validaciones o negaciones.

Así pues, no es de extrañar la polémica que sobre esta cuestión suele aparecer. No es mi intención entrar en polémicas, sino aportar mi experiencia a aquellos que busquen un mejor entendimiento del proceso evolutivo de las almas.

En marzo de 1999 edité un libro que venía a ser lo que su propio nombre indica: "Evangelio Unificado de Jesús el Cristo", guiado por la intención de esclarecer lo que de forma desordenada pretenden transmitir los cuatro evangelios sobre los que los grupos religiosos cristianos basan sus doctrinas. Los contenidos de dicho libro los pasé a formato web y han estado disponibles en la Red en la dirección que indico más adelante. Con esto vengo a decir que no soy ajeno a la base esencial del cristianismo, pero que discrepo radicalmente con los modos tradicionales de llevarlo adelante, desde premisas de vida que contradicen los verdaderos cauces del alma.
      Desde este Link accedes al libro en Internet: Evangelio Unificado de Jesús el Cristo

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¿Rigen la vida la pugna y vampirismo, o el Amor y la Justicia?

El Compartirnos o "dar de lo que Somos" es el acto de la Vida.

La vida se desarrolla en el acto del Compartirnos, pero el aferramiento que ejercemos hacia personas, cosas y situaciones, fruto del egoísmo que genera la ignorancia de nuestros propios valores y realidad viviente, nos lleva a sufrir el sentimiento de los efectos de la depredación y el vampirismo.

La Justicia y el Amor son la única realidad viviente y alimentadora de todos los procesos de la vida. Todo cuanto ocurre tiene sentido en el proceso evolutivo personal de cada alma y, al mismo tiempo, en el colectivo del que forma parte. 

El caos y el desamor sólo son fruto de la contemplación parcial de la realidad viviente, que se aprecia entonces como desarmónica e injusta.

La supervivencia del cuerpo no es el objetivo de la vida, pues éste no es más que un medio o herramienta (estructurada orgánicamente) para posibilitar la toma de conciencia de la realidad del alma que se expresa a través de aquel.

Estamos acostumbrados a enjuiciar la vida en lo que ocurre a los cuerpos y circunstancias de éstos, y en todo caso a las posibilidades emocionales (sufrimientos o alegrías) que dimanan de aquellas. Mas debiéramos analizarla en función de lo que incide en el proceso en sí del alma y no de su condición carnal, temporal y caduca. Será de esta manera como percibamos que todo está regido por lo que cada cual precisa para definir la personalidad por la que está optando, y para forzar actitudes que contradigan las determinaciones o proyectos de su propia alma hacia sí misma.

"Dar de lo que Somos", como Ley de vida, nada tiene que ver con lo que tendemos a hacer, el "dar de lo que tenemos". Con esto último no enriquecemos la Vida; sólo estaremos cambiando las cosas de lugar. Y es así como percibimos que la Vida (los demás o las circunstancias de fuera) nos "quita". Se trata de "dar de lo que Soy", de lo que me caracteriza, de lo que en definitiva pienso que es propio (propiedad) de mi personalidad.

En todo hay un magnetismo energético (las cosas, personas y circunstancias son parcelas específicas de energía) que mueve las situaciones y circunstancias personales y colectivas, y que fuerza los sucesos que deben generarse para lo que llamamos evolución de la conciencia. Como suele operar desde los niveles del subconsciente, sin la intervención de la conciencia que nos posibilite su comprensión (porque no nos afanamos en cultivarla), achacamos sus efectos a causas ajenas injustas con apelativos de agresión, violación, vampirismo,... ¡injusticia!

El aparente caos que percibamos en algo (en lo más minúsculo o en el macro universo), no es más que el fruto de una visión parcial de todo cuanto envuelve a lo observado.

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¿Existe el Libre albedrío, o todo está regido por un Destino?

Nuestro Libre Albedrío actúa desde dos niveles de Conciencia.

Lo que de nosotros decide y organiza los procesos por los que vamos a ir viviendo es algo mucho más grande que lo que percibimos que somos, y no actúa desde el nivel usual de conciencia en el que estamos mientras permanecemos encarnados.

Las cosas físicas pueden verse como una programación del Destino, pero la realidad no es la cosa física por ocurrir, sino el cómo afecta a cada cual lo que está previsto que acontezca en cada instante, que nos afectará según hayan sido nuestras actitudes hasta ese momento. Es decir, que no será lo que afecte a lo externo (en lo que solemos fijarnos), sino en el impacto que debe ejercer en la estructura de la personalidad, no perecedera como su cuerpo físico y sus circunstancias. 

El Libre Albedrío de nuestra Conciencia física sí interviene en las "actitudes de vida" por las que optemos, y de ahí la responsabilidad encarnada sobre "cómo vamos viviendo" cada acontecimiento y circunstancia que nos llega o nos envuelve.

En el nivel de la Conciencia interna del Alma es donde se vinculan los procesos de lo Individual y lo Colectivo. Uno sin el otro no tienen posibilidad de ser.

Pero hay otra cuestión muy importante a considerar a la hora de enjuiciar la existencia o no de "libertad", y es que no solemos saber de las propias contradicciones que existen en nuestro interior y que dificultan muchas de nuestras pretensiones, culpándole a voluntades ajenas y no a nuestro propio "global" albedrío el resultado de las mismas. El apartado que sigue a éste desarrolla lo que es la estructura múltiple de la personalidad humana.

La Libertad: Una realidad de la Vida:

Nuestro ser mental está constituido por una cantidad innumerable de fuerzas psíquicas que se estructuran de modo análogo al de los radios que constituyen una esfera.

La figura de la "neurona de la personalidad" con la que yo muestro la personalidad humana, con doce vectores (radios) de diferente intensidad, representativos de cada una le las doce Facetas que contempla la Astrología, y que parten de un punto común a modo de vértice, donde cada vector apunta a uno de los 12 sectores de treinta grados que constituyen el plano circular, muestra la intensidad con la que el individuo vive cada una de aquellas doce fracciones del Todo (complementarias o contrapuestas según los casos) de su personalidad humana, aunque con aplicación de diferente intensidad en algunos de sus vectores según la circunstancia que viva en cada momento de su vida, según expresa también la siguiente figura.

La personalidad resultante (pero variable en algunas de sus opciones) es aquella que define la característica psíquica del individuo.

Nuestras limitaciones, y de ellas nuestra Falta de Libertad, surgen de la falta de posibilidades que dicha estructuración psíquica otorga, a raíz de la presencia de diversos factores contradictorios entre sí.

Somos conscientes de muchas de nuestras posibilidades, pero no del antagonismo que dicha diversidad ocasiona, donde se encuentra la razón del no logro de nuestros deseos, suscitados en nosotros en momentos de eclipse en nuestra conciencia de los valores contrarios, pero que a la hora de pretender materializar nuestros deseos entran en juego. No por no recordar lo que hay de otras opciones en nuestro interior, éstas van a dejar de ejercer su influencia. 

Nuestro destino es obra de nuestro libre albedrío, pero éste se constituye como la resultante del actuar de todas esas fuerzas que han ido operando en nuestro interior, a la mayoría de las cuales olvidamos y es por lo que no comprendemos y a veces no aceptamos lo que son las circunstancias que nos depara aquel.

La vida es regida por un "cosechar lo que se siembra", donde el acto primero es libre, aunque condicionado por lo que somos o hemos llegado a ser en cada momento, y donde nuestra propia voluntad, una vez alcanzado nuestro ser el libre albedrío donde se desarrolla ésta, es la única responsable de ello; y un segundo acto, forzoso, es el de la cosecha, distante en el tiempo uno del otro en función del tipo de siembra y de nuestras posibilidades de uso y reconocimiento de la cosecha.

De estos conceptos enumerados surge el de la privación de libertad con que se manifiesta nuestro juicio sobre la forma de desarrollarse la vida; mas cuando sabemos apreciar la voluntariedad que llevan los actos de nuestro subconsciente, enormemente más fuerte aún que nuestra conciencia, pero "nosotros" al fin y al cabo, observamos la perfección, justicia y bien que existe en los actos de la vida, tendentes todos a procurar el desarrollo superior de toda personalidad, de característica evolutiva y eterna como son todas las que se expresan en "La Vida" y que dan lugar a lo que conocemos como Universo.

Ser libres consiste pues en "poder ser lo que somos". No consiste en "conseguir lo que pensamos", pues habrá otra parte de nosotros con cualidad de contradicción sobre lo anterior y que, haciendo ésta acto de presencia en nuestro fuero interno, dificultará nuestra realización deseada.

El libre albedrío surge en el hombre como posibilidad de contradicción en nosotros mismos. No sufre contradicción el gato (en estado salvaje, no sujeto a la voluntad del hombre) ni el leopardo ni la serpiente; por eso no enferma ni psíquica ni fisiológicamente; sus traumas físicos tienen ausencia de sufrimiento, pues la acomodación a sus circunstancias no alcanza al traumatismo mental humano.

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Angel Baña



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