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Fruto de nuestros Pensamientos



Texto de Presentación:

No "nos llegan" los pensamientos para que los tomemos y nos recreemos en todos ellos, sino para que nos analicemos a través de la condición de los que "canalizamos".

Texto auxiliar:

Los Pensamientos, aunque los percibamos en nuestro interior, son el fluir constante de la Energía Mental a la que vamos dando lugar entre todos los seres humanos. Nuestro Cerebro es la antena receptora que canaliza hacia nosotros a todos aquellos Pensamientos que de alguna manera sintonizan con alguna de las tendencias o hábitos que en nosotros puede aún tomar cuerpo. Y llegan a nosotros para que constantemente vayamos conociendo qué cualidad va alcanzando nuestra condición humana, y hacia dónde queremos irla conduciendo.

No vienen, pues, los pensamientos para que los tomemos y nos recreemos en todos ellos, sino para que nos analicemos a través de la condición de los que "canalizamos", y para que determinemos qué queremos hacer con ese fluido imparable, si permitirles su incansable fluir o relentizarlos para mantenernos en un estado de serenidad, tomando de ellos sólo lo que vaya en consonancia con la Personalidad que queremos desempeñar.

Los procesos humanos no están regidos por las palabras o los hechos externos, sino por las actitudes que vamos generando en nuestro interior hacia cada cosa. De aquí la importancia de evitar confrontaciones dialécticas y la búsqueda de remedios externos o materiales.

Aquello que vayamos dando vida en nuestro interior, en nuestros estados anímicos internos, donde los Pensamientos juegan un papel importante, es lo que irá transformando realmente lo que del exterior o del cuerpo o de los demás queramos ir viendo de otra manera. Es por esto que podemos decir con toda certeza que… ¡Somos el fruto de nuestros Pensamientos!
 

Más aportaciones:

En los Pensamientos que canalizamos cabe también considerar las ideas o textos que nos llegan de otros (libros, foros, correos,...) y que algo de ellas nos llama la atención hasta el punto de considerarlo de interés para nosotros o.. para alguien que conocemos. Si ocurre lo primero, todo va bien, correcto, pero si la reacción que nos provoca es la segunda, habrá que considerar lo que expreso a continuación.

Percibo con claridad, y en ocasiones lo digo, que cuando recibimos una información que valoramos, la primera reacción que se genera en nuestro pensamiento es la de pensar en otra persona a quien esa información creemos que le vendrá "de maravilla", por lo que pensamos que "lo necesita" para normalizar sus circunstancias. Esto ocurre por la inercia tan arraigada de dar aplicación a la Vida fuera de nosotros, por concebirla fuera y no dentro, de que todo lo que nos llega es para revertirlo en algo de fuera.

Ante esto, suelo decir que si queremos aportar con eficacia a esa persona, desde nosotros, lo oportuno es tratar primero de integrar en nuestros modos esa información, para después y con nuestras palabras y experiencia en ello, transmitirlo a la persona que creemos le servirá "también".

Si nos quedamos en remitir enseguida la información, estaremos actuando a modo de partida de tenis, "despejando o rebotando la pelota hacia otra pista", hacia el terreno de otro, con lo cual perderá eficacia en lo que pretendiera aquella información en nuestro propio Ser. Me afanaré en enfocarla hacia ese otro, pediendo energías para aplicarla a mí.

Los pensamientos e ideas no vienen a nuestra antena mental para rebotarlos hacia otras personas, sino para que nos analicemos a través de la cualidad de éstos y, más tarde, entender "qué de su vivencia en nosotros", de aquellos que aceptemos, puede ser de utilidad a otras personas, pero siempre después de que la idea pueda contener algo de nuestra experiencia en ella. Y en este transmitir de nuestra experiencia, algo importante es lo que nos posibilita abrirnos a percibir aún más detalles de la misma en nosotros. Es decir, que lo que compartamos con otras personas de aquello a lo que hemos dado vida en nosotros, se nos abrirá ante nuestra consciencia de manera que pecibiremos más de ello, tanto el sentido que tuvo en nosotros como lo que nos haya venido a aportar. Y esto es aplicable tanto a lo que consideramos una experiencia positiva como si la consideramos negativa.

Cuando nos esforzamos en "dar vida en nosotros mismos" a una información que nos llega de algo que valoramos por lo que de "positivo" puede aportar a nuestra vida y, en general, a la vida humana, le damos "forma", aspecto real, con lo cual pasa al campo de "experiencias vividas"; con esto hemos creado un modo o molde de comportamiento que puede ser canalizado por otras personas para seguir experimentándolo y amplificarlo con el matiz que cada cual vaya dándole, según las características de su personalidad y donde aplique tal "creación mórfica".

Si por el contrario, en lugar de llevar dicha información a la práctica, nos aplicamos simplemente a "seguir transmitiéndola" verbalmente o por escrito, seguirá dicha idea dentro del campo de la "dialéctica", de las palabras, pero no de "los hechos", por tanto, con dificultad de llevarse a la práctica. Para que pase a la posibilidad de hechos, alguien tiene que aplicar algún tipo de "esfuerzo", sacado de la inercia de aquello que tal energía tendía a ser. Pongo un ejemplo:

Si cuando me siento desanimado o desmotivado en alguna aplicación externa me pongo a hacer respiraciones serenas y profundas que me lleven a estar en paz conmigo mismo, en lugar de sentirme mal, quejarme o sufrir tal situación o tomar algo que pueda dañar mi organismo, estaré transformando lo propio de la energía de desánimo a otro modo de poder llevarla, que consiste en aprovechar esa situación de incapacidad de acción externa, para aplicarme a un trabajo interno que me equilibre anímicamente. Con ello estoy creando la posibilidad de que ese modo de "acción" pueda ser llevado a cabo por otras criaturas que se encuentren posteriormente en aquella situación.

El "esfuerzo" por conducir la situación o la actitud hacia una acción (interna o externa) que reemplace el efecto que está generando en nosotros por otro que sea de alguna manera provechoso, es lo que constituye la acción creativa de nuestro Ser. Y lo mismo puede ser cuando logramos integrar un conocimiento que chocaba con nuestras creencias anteriores y que somos ahora capaces de llevarlo a la práctica. Estaremos "trasvasando" la energía que canalizaba o acaparaba tal creencia hacia otro modo de concebir lo que ella tratara. Así es como vamos transformando el Mundo, el nuestro interno y el externo.


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